Sagradas Escrituras 1569
HAGEO
1:1 ¶ En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra del SEÑOR, por mano del profeta Hageo, a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:
1:2 El SEÑOR de los ejércitos habla así, diciendo: Este pueblo dice: No es aún venido el tiempo, el tiempo para edificar la Casa del SEÑOR.
1:3 Vino pues palabra del SEÑOR por mano del profeta Hageo, diciendo:
1:4 ¿Tenéis vosotros tiempo, vosotros, de morar en vuestras casas enmaderadas, y esta Casa est desierta?
1:5 Pues así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos.
1:6 Sembr is mucho, y encerr is poco; coméis, y no os hart is; bebéis, y no os saci is; os vestís, y no os calent is; y el que anda a jornal recibe su jornal en saco roto.
1:7 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos.
1:8 Subid al monte, y traed madera, y edificad la Casa; y pondré en ella mi voluntad, y hónrame con ella , dijo el SEÑOR.
1:9 Busc is mucho, y hall is poco; y encerr is en casa, y yo lo soplaré. ¿Por qué? Dijo el SEÑOR de los ejércitos. Por cuanto mi Casa est desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.
1:10 Por eso se detuvo la lluvia de los cielos sobre vosotros, y la tierra detuvo sus frutos.
1:11 Y llamé la sequedad sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce; y sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.
1:12 ¶ Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el dem s pueblo, la voz del SEÑOR su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como lo había enviado el SEÑOR Dios de ellos; y temió el pueblo delante del SEÑOR.
1:13 Y habló Hageo, embajador del SEÑOR, en la embajada del SEÑOR, al pueblo, diciendo: Yo soy con vosotros, dijo el SEÑOR.
1:14 Y despertó el SEÑOR el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el remanente del pueblo; y vinieron e hicieron obra en la Casa del SEÑOR de los ejércitos, su Dios.
1:15 En el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
2:1 ¶ En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra del SEÑOR por mano del profeta Hageo, diciendo:
2:2 Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al remanente del pueblo, diciendo:
2:3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta Casa en su primera gloria, y cual ahora la veis? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?
2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dijo el SEÑOR; esfuérzate también Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote; y esfuérzate todo el pueblo de esta tierra, dijo el SEÑOR, y obrad; porque Yo soy con vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
2:5 La palabra que concerté con vosotros en vuestra salida de Egipto, y mi Espíritu est en medio de vosotros; no tem is.
2:6 Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, y el mar y la tierra seca;
2:7 y haré temblar a todos los gentiles, y vendr el Deseado de todos los gentiles; y llenaré esta casa de gloria, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
2:8 Mía es la plata, y mío es el oro, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
2:9 La gloria de esta Casa postrera ser mayor que la de la primera, dijo el SEÑOR de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
2:10 ¶ A los veinticuatro del noveno mes , en el segundo año de Darío, vino palabra del SEÑOR por mano del profeta Hageo, diciendo:
2:11 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Ahora pregunta a los sacerdotes acerca de la ley , diciendo:
2:12 Si llevare alguno las carnes sagradas en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare el pan, o la vianda, o el vino, o el aceite, u otra comida cualquiera, ¿ser santificada? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.
2:13 Y dijo Hageo: Si algún inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de éstas, ¿ser inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda ser.
2:14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo, y esta gente, delante de mí, dijo el SEÑOR; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.
2:15 Ahora, pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante. Antes que pusiesen piedra sobre piedra en el Templo del SEÑOR.
2:16 Antes que fuesen estas cosas , venían al montón de veinte efas , y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta c ntaros del lagar, y había veinte.
2:17 Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo a vosotros , y en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dijo el SEÑOR.
2:18 Pues, poned ahora, vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, que es desde el día que se echó el cimiento al Templo del SEÑOR; poned vuestro corazón.
2:19 ¿Aún no est la simiente en el granero? Ni aún la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el rbol de la oliva ha florecido todavía; mas desde este día daré bendición.
2:20 ¶ Y vino segunda vez palabra del SEÑOR a Hageo, a los veinticuatro del mismo mes, diciendo:
2:21 Habla a Zorobabel, gobernador de Jud, diciendo: Yo hago temblar los cielos y la tierra;
2:22 Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de los gentiles; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendr n abajo los caballos, y los que en ellos suben, cada cual por la espada de su hermano.
2:23 En aquel día, dijo el SEÑOR de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío, dijo el SEÑOR, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice el SEÑOR de los ejércitos.
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