Sagradas Escrituras 1569

Capítulo 1  2  3  4  5  6  7  8  9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21

JUECES

1:1 ¶ Y aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron al SEÑOR, diciendo: ¿Quién subirá por nosotros el primero a pelear contra los cananeos?

1:2 Y el SEÑOR respondió: Judá subirá; he aquí que yo  he entregado la tierra en sus manos.

1:3 Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo a mi suerte, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo a tu suerte. Y Simeón fue con él.

1:4 Y subió Judá, y el SEÑOR entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; y de ellos hirieron en Bezec a  diez mil hombres.

1:5 Y hallaron a Adoni-bezec en Bezec, y pelearon contra él; e hirieron al cananeo y al ferezeo.

1:6 Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron, y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.

1:7 Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, cogían las migajas  debajo de mi mesa; como yo  hice, así me ha pagado Dios. Y le metieron en Jerusalén, donde murió.

1:8 Ya  habían combatido los hijos de Judá a Jerusalén, y la habían tomado, y metido a cuchillo, y puesto a fuego la ciudad.

1:9 ¶ Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, y al mediodía, y en los llanos.

1:10 Y partió Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahiman, y a Talmai.

1:11 Y de allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.

1:12 Y dijo Caleb: El que hiriere a Quiriat-sefer, y la tomare, yo  le daré a Acsa mi hija por mujer.

1:13 Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él  le dio a Acsa su hija por mujer.

1:14 Y cuando la llevaban, la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar. Y ella  se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?

1:15 Ella entonces le respondió: Dame una  bendición; que pues me has dado tierra de secadal, me des también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

1:16 Y los hijos del cineo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmas con los hijos de Judá al desierto de Judá, que  está al mediodía de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.

1:17 Y fue Judá a su hermano Simeón, e hirieron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma.

1:18 Tomó también Judá a Gaza con su término, y a Ascalón con su término, y a Ecrón con su término.

1:19 Y el SEÑOR estaba  con Judá, quien  echó a los de las montañas; mas no pudo  echar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados.

1:20 Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él echó de allí tres hijos de Anac.

1:21 ¶ Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén, no lo  echaron los hijos de Benjamín, y así el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.

1:22 También los de la casa de José subieron a Bet-el; y el SEÑOR estaba  con ellos.

1:23 Y los de la casa de José pusieron espías en Bet-el. (La ciudad antes se llamaba Luz.)

1:24 Y los que espiaban vieron un  hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.

1:25 Y él  les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; mas dejaron a aquel hombre con toda su familia.

1:26 Y el hombre se fue a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad, a la cual llamó Luz; y  éste es su nombre hasta hoy.

1:27 Tampoco Manasés echó a los  de Bet-seán, ni a los  de sus aldeas, ni a los  de Taanac y sus aldeas, ni a los que habitaban en Dor y en sus aldeas, ni a los que habitaban en Ibleam y en sus aldeas, ni a  los que habitaban en Meguido y en sus aldeas; mas el cananeo quiso habitar en esta tierra.

1:28 Pero cuando Israel tomó fuerzas hizo al cananeo tributario, mas no lo echó.

1:29 Tampoco Efraín echó al cananeo que habitaba en Gezer; antes habitó el cananeo en medio de él en Gezer.

1:30 Tampoco Zabulón echó a los que habitaban en Quitrón y a los que habitaban en Naalal; mas el cananeo habitó en medio de él, y le fueron tributarios.

1:31 Tampoco Aser echó a los que habitaban en Aco, y a los que habitaban en Sidón, y en Ahlab, y en Aczib, y en Helba, y en Afec, y en Rehob;

1:32 antes moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los echó.

1:33 Tampoco Neftalí echó a los que habitaban en Bet-semes, y a los que habitaban en Bet-anat, sino que  moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes, y los  moradores de Bet-anat.

1:34 Los amorreos apretaron a los hijos de Dan hasta el monte; que no los dejaron descender a la campiña.

1:35 Y quiso el amorreo habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim; mas cuando la mano de la casa de José tomó fuerzas, los hicieron tributarios.

1:36 Y el término del amorreo fue  desde la subida de Acrabim, desde la piedra, y arriba.

 JUECES

2:1 ¶ Y el ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo  os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres; y dije: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros;

2:2 con tal que vosotros no hagáis alianza con los moradores de esta tierra, antes habéis de destruir sus altares; mas vosotros no habéis oído mi voz; ¿por qué habéis hecho esto?

2:3 Por tanto yo  también dije: No los echaré de delante de vosotros, sino  que os serán por azote para vuestros  costados, y sus dioses por tropezadero.

2:4 Y cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo lloró en alta voz.

2:5 Y llamaron por nombre aquel lugar Boquim; y sacrificaron allí al SEÑOR.

2:6 ¶ Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido cada uno a su herencia para poseerla.

2:7 Y el pueblo había servido al SEÑOR todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron largos días después de Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras del SEÑOR, que el había hecho con Israel.

2:8 Y murió Josué hijo de Nun, siervo del SEÑOR, siendo de ciento diez años.

2:9 Y lo enterraron en el término de su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

2:10 Y toda aquella generación fue también recogida con sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación, que no conocía al SEÑOR, ni la obra que él había hecho a Israel.

2:11 Y los hijos de Israel hicieron lo malo en ojos del SEÑOR, y sirvieron a los baales.

2:12 Y dejaron al SEÑOR el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, tras  los dioses de los pueblos que estaban  en sus alrededores, a los cuales adoraron; y  provocaron a ira al SEÑOR.

2:13 Y dejaron al SEÑOR, y adoraron a Baal y a Astarot.

2:14 Y el furor del SEÑOR se encendió contra Israel, el cual los entregó en manos de robadores que les robaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor; y no pudieron parar más delante de sus enemigos.

2:15 Por dondequiera que salían, la mano del SEÑOR era contra ellos para mal, como el SEÑOR había dicho, y como el SEÑOR se lo había jurado; así los afligió en gran manera.

2:16 Mas el SEÑOR despertó jueces que los librasen de mano de los que les saqueaban.

2:17 Y tampoco oyeron a sus jueces, sino que fornicaron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; y se apartaron presto del camino en que anduvieron sus padres escuchando los mandamientos del SEÑOR; mas ellos  no hicieron  así.

2:18 Y cuando el SEÑOR les despertaba jueces, el SEÑOR era con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque el SEÑOR se arrepentía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.

2:19 Mas al morir el juez, ellos  se tornaban, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a  dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y nada disminuían de sus obras, ni de su obstinado  camino.

2:20 Y la ira del SEÑOR se encendió contra Israel, y dijo: Pues que esta gente traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no escuchen mi voz,

2:21 tampoco yo echaré más de delante de ellos a ninguno de estos gentiles que dejó Josué cuando murió;

2:22 para que por ellos probara yo  a Israel, si guardarían ellos el camino del SEÑOR andando por él, como sus padres lo guardaron, o no.

2:23 Por esto dejó el SEÑOR aquellos gentiles, y no los desarraigó luego, ni los entregó en mano de Josué.

 JUECES

3:1 ¶ Estos, pues, son  los gentiles que dejó el SEÑOR para probar con ellos a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

3:2 solamente los dejó  para que el linaje de los hijos de Israel conociese, y  para enseñarlos en la guerra, solamente a los  que antes no la habían conocido:

3:3 Cinco príncipes de los filisteos, y todos los cananeos, y los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

3:4 Estos, pues, fueron dejados  para probar por ellos a Israel, para saber si escucharían los mandamientos del SEÑOR, que él había mandado a sus padres por mano de Moisés.

3:5 Y como  los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos,

3:6 tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

3:7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo en ojos del SEÑOR; y olvidados del SEÑOR su Dios, sirvieron a los baales, y a Astarot.

3:8 ¶ Y la saña del SEÑOR se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.

3:9 Y clamaron los hijos de Israel al SEÑOR; y el SEÑOR despertó un  salvador a los hijos de Israel y los libró; es a saber , a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

3:10 Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y el SEÑOR entregó en su mano a Cusan-risataim, rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.

3:11 Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel, hijo de Cenaz.

3:12 ¶ Y volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR; y el SEÑOR esforzó a Eglón rey de Moab contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos del SEÑOR.

3:13 Y juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y fue, e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmas.

3:14 Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años.

3:15 Y clamaron los hijos de Israel al SEÑOR; y el SEÑOR les despertó un  salvador, a Aod, hijo de Gera, benjamita, el cual tenía cerrada la mano derecha. Y los hijos de Israel enviaron con él un  presente a Eglón  rey de Moab.

3:16 Y Aod se había hecho un cuchillo de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.

3:17 Y presentó el presente a Eglón rey de Moab; y era  Eglón hombre muy grueso.

3:18 Y luego que hubo presentado el presente, despidió al pueblo que lo había traído.

3:19 Mas él se volvió desde los ídolos que están  en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. El entonces dijo: Calla. Y salieron de delante de él todos los que estaban con él.

3:20 Y se llegó Aod a él, el cual estaba sentado solo en una sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla.

3:21 Mas Aod metió su mano izquierda, y tomó el cuchillo de su lado derecho, y se lo metió por el vientre;

3:22 de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la grosura encerró la hoja, que él no sacó el cuchillo de su vientre; y salió el estiércol.

3:23 Y saliendo Aod al patio, cerró tras sí las puertas de la sala con la llave.

3:24 Y salido él, vinieron sus siervos, los cuales viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Por ventura él  cubre sus pies en la sala de verano.

3:25 Y habiendo esperado hasta estar confusos, pues  que él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra muerto.

3:26 Mas entre tanto que ellos se detuvieron, Aod se escapó, y pasando los ídolos, se salvó en Seirat.

3:27 Y entrando, tocó la trompeta en el monte de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él del monte, y él iba  delante de ellos.

3:28 Entonces él les dijo: Seguidme, porque el SEÑOR ha entregado vuestros enemigos los moabitas en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y tomaron los vados del Jordán a Moab, y no dejaron pasar a ninguno.

3:29 Y en aquel tiempo hirieron de los moabitas como diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó varón.

3:30 Y Moab fue sujetado aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años.

3:31 ¶ Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual hirió a  seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.

 JUECES

4:1 ¶ Mas los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo en ojos del SEÑOR, después de la muerte de Aod.

4:2 Y el SEÑOR los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba  Sísara, y él habitaba en Haroset de los Gentiles.

4:3 Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, porque aquél tenía novecientos carros herrados; y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años.

4:4 ¶ Y gobernaba en aquel tiempo a Israel una  mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot.

4:5 La cual Débora habitaba debajo de una  palma entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

4:6 Y ella  envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado el SEÑOR Dios de Israel, diciendo : Ve, y atrae en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los  hijos de Neftalí, y de los hijos de Zabulón;

4:7 y yo  atraeré a ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?

4:8 Y Barac le respondió: Si  fueres conmigo, yo  iré; pero si no fueres conmigo, no iré.

4:9 Y ella  dijo: Iré contigo; mas no será tu honra en el camino que vas; porque en mano de mujer venderá el SEÑOR a Sísara. Y levantándose Débora fue con Barac a Cedes.

4:10 ¶ Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres de a  pie, y Débora subió con él.

4:11 Y Heber cineo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y puesto su tienda hasta el valle de Zaanaim, que está  junto a Cedes.

4:12 Vinieron, pues, las nuevas a Sísara como Barac hijo de Abinoam había subido al monte de Tabor.

4:13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset de los Gentiles hasta el arroyo de Cisón.

4:14 Entonces Débora dijo a Barac: Levántate; porque éste es  el día en que el SEÑOR ha de entregar a Sísara en tus manos. ¿No ha salido el SEÑOR delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en  pos de él.

4:15 Y el SEÑOR quebrantó a Sísara, y a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie.

4:16 Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset de los Gentiles, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.

4:17 ¶ Y Sísara se acogió a pie a la tienda de Jael mujer de Heber cineo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber cineo.

4:18 Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él  vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una  manta.

4:19 Y él le dijo: Dame a beber ahora un poco de agua, que tengo sed. Y ella  abrió un odre de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir.

4:20 Y él le dijo: Estáte a la puerta de la tienda, y si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? Tú responderás que no.

4:21 Y Jael, mujer de Heber, tomó la estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, vino a él calladamente, y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado;  y así  murió.

4:22 Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien.

4:23 Y aquel día sujetó Dios a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.

4:24 Y la mano de los hijos de Israel comenzó a crecer y a fortificarse contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

 JUECES

5:1 ¶ Y aquel día cantó Débora, con Barac, hijo de Abinoam, diciendo:

5:2 Porque ha vengado las injurias de Israel, porque el pueblo se ha ofrecido de su voluntad, load al SEÑOR.

5:3 Oíd, reyes; estad, oh príncipes, atentos; yo cantaré al SEÑOR, diré salmos al SEÑOR Dios de Israel.

5:4 Cuando saliste de Seir, oh SEÑOR, cuando te apartaste del campo de Edom, la tierra tembló, y los cielos destilaron, y las nubes gotearon aguas.

5:5 Los montes se derritieron delante del SEÑOR, aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel.

5:6 ¶ En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, cesaron los caminos, y los que andaban por las sendas se apartaban por sendas torcidas.

5:7 Las aldeas habían cesado en Israel, habían cesado; hasta que yo  Débora me levanté, me levanté madre en Israel.

5:8 Al escoger nuevos dioses, la guerra estaba  a las puertas. ¿Se veía escudo o lanza entre cuarenta mil en Israel?

5:9 Mi corazón está  por los príncipes de Israel, por los voluntarios en el pueblo; load al SEÑOR.

5:10 Vosotros  los que cabalgáis en asnas blancas, los que presidís en juicio, y vosotros  los que andáis por el  camino, hablad.

5:11 A causa del estruendo de los arqueros, quitado de  entre los que sacan las aguas, allí recuentan las justicias del SEÑOR, las justicias de sus aldeas en Israel. Ahora bajará el pueblo del SEÑOR a las puertas.

5:12 ¶ Levántate, levántate, Débora; levántate, levántate; profiere un cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.

5:13 Ahora ha hecho que el que quedó del pueblo, señoree a los magníficos; el SEÑOR me hizo enseñorear sobre los fuertes.

5:14 De Efraín salió su raíz contra Amalec, tras ti vino  Benjamín contra tus pueblos; de Maquir descendieron príncipes, y de Zabulón los que solían manejar punzón de escribiente.

5:15 Príncipes también de Isacar fueron  con Débora; y también  Isacar, como Barac se puso a pie en el valle. De las divisiones de Rubén son  grandes los pensamientos del corazón.

5:16 ¿Por qué te quedaste entre las majadas, para oír los balidos de los rebaños? De las divisiones de Rubén grandes son los pensamientos del corazón.

5:17 Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan ¿por qué se estuvo junto a los navíos? Aser se asentó a la ribera del mar, y en sus quebraduras se quedó.

5:18 El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, y Neftalí en las alturas del campo.

5:19 Vinieron reyes y pelearon; entonces pelearon los reyes de Canaán en Taanac, junto a las aguas de Meguido, mas no llevaron ganancia alguna de dinero.

5:20 De los cielos pelearon; las estrellas desde sus caminos pelearon contra Sísara.

5:21 Los barrió el arroyo de Cisón, el antiguo arroyo, el arroyo de Cisón. Pisaste, oh alma mía, con fortaleza.

5:22 Los cascos de los caballos se embotaron entonces, por las pisadas, por las pisadas de sus valientes.

5:23 Maldecid a Meroz, dijo el ángel del SEÑOR; maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro al SEÑOR, en socorro al SEÑOR contra los fuertes.

5:24 ¶ Bendita sobre las mujeres Jael, mujer de Heber cineo; sobre las mujeres bendita sea en la tienda.

5:25 El  pidió agua, y ella  le dio leche; en tazón de nobles le presentó crema.

5:26 Su mano tendió a la estaca, y su diestra al mazo de trabajadores; y majó a Sísara; le quitó la cabeza; hirió, y atravesó sus sienes.

5:27 Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; entre sus pies cayó encorvado; donde se encorvó, allí cayó muerto.

5:28 La madre de Sísara asomándose a la ventana aulla, mirando  por entre las rejas, diciendo : ¿Por qué se detiene su carro, que no viene? ¿Por qué las ruedas de sus carros se tardan?

5:29 Las sabias mujeres  de sus príncipes le respondían; y aun ella se respondía a sí misma.

5:30 ¿No han hallado despojos, y los  están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; los despojos de colores para Sísara, los despojos bordados de colores; la ropa de color bordada de ambos lados, para el  capitán de los que han tomado  los despojos.

5:31 Así perezcan todos tus enemigos, oh SEÑOR; mas los que te aman, sean  como el sol cuando nace en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.

 JUECES

6:1 ¶ Mas los hijos de Israel hicieron lo malo en los ojos del SEÑOR; y el SEÑOR los entregó en las manos de Madián por siete años.

6:2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fuertes.

6:3 Porque cuando los de Israel habían sembrado, subían los madianitas, y amalecitas, y los demás  orientales. Subían contra ellos,

6:4 y asentando campamento contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.

6:5 Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas, que no había  número en ellos ni en sus camellos; así  venían a la tierra destruyéndola.

6:6 Era, pues , Israel en gran manera empobrecida por los madianitas; y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR.

6:7 ¶ Y cuando los hijos de Israel hubieron clamado al SEÑOR, a causa de los madianitas,

6:8 el SEÑOR envió un  varón profeta a los hijos de Israel, el cual les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Yo os saqué de Egipto, y de la casa de servidumbre os saqué;

6:9 yo os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra.

6:10 Y os dije: Yo soy  el SEÑOR vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; mas no oísteis mi voz.

6:11 ¶ Y vino el ángel del SEÑOR, y se sentó debajo del alcornoque que está  en Ofra, el cual era  de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para hacerlo esconder de los madianitas.

6:12 Y el ángel del SEÑOR se le apareció, y le dijo: el SEÑOR es  contigo, varón esforzado y valiente.

6:13 Y Gedeón le respondió: Ah, Señor mío, si el SEÑOR es con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están  todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó el SEÑOR de  Egipto? Y ahora el SEÑOR nos ha desamparado, y nos ha entregado en manos de los madianitas.

6:14 Y mirándole el SEÑOR, le dijo: Ve con esta tu fortaleza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo ?

6:15 Entonces le respondió: Ahora pues, Señor mío, ¿con qué tengo de salvar a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.

6:16 Y el SEÑOR le dijo: Porque yo  seré contigo, y herirás a los madianitas como a un solo hombre.

6:17 Y él respondió: Yo te ruego, que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.

6:18 Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que a ti vuelva, y saque mi presente, y lo ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

6:19 Y entrándose Gedeón aderezó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquel alcornoque.

6:20 Y el ángel de Dios le dijo: Toma la carne, y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

6:21 Y extendiendo el ángel del SEÑOR el canto del bordón que tenía  en su mano, tocó en la carne y en los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel del  SEÑOR desapareció de delante de él.

6:22 Y viendo Gedeón que era el ángel del SEÑOR, dijo: Ay, Señor DIOS, que he visto al ángel del SEÑOR cara a cara.

6:23 Y el SEÑOR le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.

6:24 Y edificó allí Gedeón altar al SEÑOR, al que llamó El SEÑOR es la Paz (YHWH-salom ); el cual dura  hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.

6:25 ¶ Y aconteció que la misma noche le dijo el SEÑOR: Toma un toro del hato de tu padre, y otro toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también el bosque que está  junto a él;

6:26 y edifica altar al SEÑOR tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto sobre la leña del bosque que habrás cortado.

6:27 Entonces Gedeón tomó diez varones de sus siervos, e hizo como el SEÑOR le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.

6:28 Y a la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y el bosque que estaba  junto a él, cortado; y aquel  segundo toro sacrificado en holocausto sobre el altar  edificado de nuevo .

6:29 Y dijeron el uno al otro: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:

6:30 Saca fuera tu hijo para que muera, por cuanto ha derribado el altar de Baal y ha cortado el bosque que estaba  junto a él.

6:31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Tomaréis vosotros el pleito por Baal? o ¿le salvaréis vosotros? Cualquiera que tomare el pleito por él, que muera mañana. Si es Dios, pleitee por sí mismo  con el  que derribó su altar.

6:32 Y aquel día le llamó Jerobaal; porque dijo: Pleitee Baal contra el que derribó su altar.

6:33 ¶ Y todos los madianitas, y amalecitas, y orientales, se juntaron a una, y pasando asentaron campamento en el valle de Jezreel.

6:34 Y el espíritu del SEÑOR se envistió en Gedeón, el cual cuando hubo tocado la trompeta, Abiezer se juntó con él.

6:35 Y envió mensajeros por todo Manasés, el cual también se juntó con él; asimismo  envió mensajeros a Aser, y a Zabulón, y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.

6:36 Y Gedeón preguntó a Dios: ¿has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho?

6:37 He aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que has de salvar a Israel por mi mano, como lo has dicho.

6:38 Y aconteció así; porque cuando se levantó de mañana, exprimiendo el vellón sacó de él el rocío, un vaso lleno de agua.

6:39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que la sequedad sea sólo en el vellón, y el rocío sobre la tierra.

6:40 Y aquella noche lo hizo Dios así; porque la sequedad fue sólo en el vellón, y en toda la tierra estuvo el rocío.

 JUECES

7:1 ¶ Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es  Gedeón, y todo el pueblo que estaba  con él, asentaron el campamento junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, al otro  lado del collado de More, en el valle.

7:2 Y el SEÑOR dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo dé a los madianitas en su mano; para que no se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

7:3 Haz pues ahora pregonar, que lo oiga el pueblo, diciendo: El que teme y se estremece, madrugue y vuélvase desde el monte de Galaad. Y se volvieron de los del pueblo veintidós mil; y quedaron diez mil.

7:4 Y el SEÑOR dijo a Gedeón: Aún es  mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí yo  te los probaré; y del que yo  te dijere: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te dijere: Este no  vaya contigo, el tal no vaya.

7:5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y el SEÑOR dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, aquél pondrás aparte; asimismo  cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber.

7:6 Y fue el número de los que lamieron las aguas, llegándola con la mano a la boca, trescientos varones; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.

7:7 Entonces el SEÑOR dijo a Gedeón: Con estos trescientos varones que lamieron el agua  os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase todo el pueblo cada uno a su lugar.

7:8 Y tomada provisión para el pueblo en sus manos, con sus trompetas, envió a todos los otros  israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.

7:9 ¶ Y aconteció que aquella noche el SEÑOR le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo  lo he entregado en tus manos.

7:10 Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento,

7:11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado al principio de la gente de armas que estaba  en el campamento.

7:12 Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban  tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está  a la ribera del mar en multitud.

7:13 Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un  sueño, diciendo: He aquí yo  soñé un  sueño: que veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegaba  a las tiendas, y las herió de tal manera  que cayeron, y las trastornaba de arriba abajo , y las tiendas cayeron.

7:14 Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino el cuchillo de Gedeón hijo de Joas, varón de Israel; Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.

7:15 Y cuando Gedeón oyó la historia del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, que el SEÑOR ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.

7:16 ¶ Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a cada uno de ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.

7:17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como yo hiciere; he aquí que cuando yo llegare al principio del campamento, como yo  hiciere, así haréis vosotros.

7:18 Yo tocaré la trompeta y todos los que estarán  conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡El SEÑOR y Gedeón!

7:19 Llegó pues Gedeón, y los cien varones que llevaba  consigo, al principio del campamento, al principio de la vela del medio, despertando solamente los guardias; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que  llevaban  en sus manos.

7:20 Y los tres escuadrones tocaron sus  trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y dieron grita: -¡El cuchillo del SEÑOR y el de Gedeón!

7:21 Y se estuvieron en sus lugares en derredor del campamento; y todo el campamento fue alborotado, y huyeron gritando.

7:22 Mas los trescientos tocaban las trompetas; y el SEÑOR puso el cuchillo de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zerera, y hasta el término de Abel-mehola en Tabat.

7:23 ¶ Y juntándose los de Israel de Neftalí, y de Aser, y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.

7:24 Gedeón también envió mensajeros a todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomadles las aguas hasta Bet-bara y el Jordán. Y juntos todos los varones de Efraín, tomaron las aguas de  Bet-bara y el Jordán.

7:25 Y tomaron dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que  siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb  a Gedeón al otro lado del Jordán.

 JUECES

8:1 ¶ Y los de Efraín le dijeron: ¿Qué es  esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente.

8:2 A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo  ahora como vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer?

8:3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián: ¿y qué pude yo  hacer como vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.

8:4 ¶ Y vino Gedeón al Jordán para pasar, él y los trescientos hombres que traía  consigo, cansados del alcance.

8:5 Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que deis a la gente que me sigue algunos  bocados de pan; porque están cansados, para que  yo persiga a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián.

8:6 Y los principales de Sucot respondieron: ¿Está ya la mano de Zeba y Zalmuna en tu mano, para que hayamos nosotros  de dar pan a tu ejército?

8:7 Y Gedeón dijo: Pues cuando el SEÑOR hubiere entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, yo trillaré vuestra carne con espinas y abrojos del desierto.

8:8 Y de allí subió a Peniel, y les habló las mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían respondido los de Sucot.

8:9 Y él habló también a los de Peniel, diciendo: Cuando yo  vuelva en paz, derribaré esta torre.

8:10 Y Zeba y Zalmuna estaban  en Carcor, y con ellos su ejército como de quince mil hombres , todos los que habían quedado de todo el ejército de los orientales; y los muertos habían sido  ciento veinte mil  hombres que sacaban espada.

8:11 Y subiendo Gedeón hacia los que habitaban en tiendas, a la parte oriental de Noba y de Jogbeha, hirió el campamento, porque el campamento estaba seguro.

8:12 Y huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió; y tomados los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, espantó a todo el ejército.

8:13 Y Gedeón hijo de Joás volvió de la batalla antes que el sol subiese;

8:14 y tomó a  un joven de los de Sucot, y preguntándole, él le dio por escrito los principales de Sucot y sus ancianos, setenta y siete varones.

8:15 Y entrando a los de Sucot, dijo: He aquí a Zeba y a Zalmuna, sobre los cuales me zaheristeis, diciendo: ¿Está ya la mano de Zeba y de Zalmuna en tu mano, para que demos nosotros  pan a tus varones cansados?

8:16 Y tomó a los ancianos de la ciudad, y espinas y abrojos del desierto, y castigó con ellos a los de Sucot.

8:17 Asimismo derribó la torre de Peniel, y mató a los de la ciudad.

8:18 ¶ Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué manera de hombres tenían aquellos que matasteis en Tabor? Y ellos respondieron: Como tú, tales eran aquellos ni más ni menos, que parecían hijos de rey.

8:19 Y él dijo: Mis hermanos eran , hijos de mi madre. ¡Vive el SEÑOR, que si los hubierais guardado en vida, yo  no os mataría!

8:20 Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Mas el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor; que aun era muchacho.

8:21 Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es  el varón, tal es  su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó las planchas que sus camellos traían al cuello.

8:22 ¶ Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.

8:23 Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará; el SEÑOR será vuestro Señor.

8:24 Y les dijo Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. (Porque traían zarcillos de oro, que eran ismaelitas.)

8:25 Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo.

8:26 Y fue el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil setecientos siclos  de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al  cuello.

8:27 Y Gedeón hizo de ellos un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel fornicó tras de ese efod en aquel lugar; y fue por tropiezo a Gedeón y a su casa.

8:28 Así fue quebrantado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más levantaron su cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.

8:29 ¶ Y Jerobaal hijo de Joás fue , y habitó en su casa.

8:30 Y tuvo Gedeón setenta hijos que salieron de su muslo, porque tuvo muchas mujeres.

8:31 Y su concubina que estaba  en Siquem, también le dio a luz un hijo; y le puso por nombre Abimelec.

8:32 Y murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez, y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.

8:33 Y aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel tornaron, y fornicaron en pos de los baales, y se pusieron por dios a Baal-berit.

8:34 Y no se acordaron los hijos de Israel del SEÑOR su Dios, que los había librado de todos sus enemigos alrededor;

8:35 ni hicieron misericordia con la casa de Jerobaal Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.

 JUECES

9:1 ¶ Y se fue Abimelec hijo de Jerobaal a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló con ellos, y con toda la familia de la casa del padre de su madre, diciendo:

9:2 Yo os ruego que habléis a oídos de todos los señores de Siquem: ¿Qué tenéis por mejor, que os señoreen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal; o que os señoree un varón? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.

9:3 Y hablaron por él los hermanos de su madre a oídos de todos los señores de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó en favor de Abimelec, porque decían: Nuestro hermano es.

9:4 Y le dieron setenta siclos  de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló varones vacíos y vagabundos, que le siguieron.

9:5 Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una piedra; mas quedó Jotam, el más pequeño hijo de Jerobaal, que se escondió.

9:6 Y reunidos todos los señores de Siquem con toda la casa de Milo (la congregación ), fueron y eligieron a Abimelec por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba  en Siquem.

9:7 ¶ Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y les dijo: Oídme, varones de Siquem; que Dios os oiga.

9:8 Fueron los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros.

9:9 Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el que por mi causa Dios y los hombres son honrados, por ir a ser grande sobre los árboles?

9:10 Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros.

9:11 Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, por ir a ser grande sobre los árboles?

9:12 Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros.

9:13 Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, por ir a ser grande sobre los árboles?

9:14 Dijeron entonces todos los árboles al escaramujo: Anda tú, reina sobre nosotros.

9:15 Y el escaramujo respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, y aseguraos debajo de mi sombra; y si no, fuego salga del escaramujo que devore los cedros del Líbano.

9:16 Ahora pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec, y si lo habéis hecho bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme a la obra de sus manos;

9:17 (Pues que mi padre peleó por vosotros, y echó lejos su vida por libraros de mano de Madián;

9:18 y vosotros os levantasteis hoy contra la casa de mi padre, y matasteis sus hijos, setenta varones, sobre una piedra; y habéis puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, hijo de su criada, por cuanto es vuestro  hermano);

9:19 si con verdad y con integridad habéis obrado hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros.

9:20 Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los señores de Siquem y a la casa de Milo; y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.

9:21 Y huyó Jotam, y se fugó, y se fue a Beer, y allí se estuvo por causa de Abimelec su hermano.

9:22 ¶ Y después que Abimelec hubo dominado sobre Israel tres años,

9:23 envió Dios un espíritu malo entre Abimelec y los señores de Siquem; que los de Siquem se levantaron contra Abimelec;

9:24 para que el agravio de los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, viniera a ponerse sobre Abimelec su hermano que los mató, y sobre los señores de Siquem que corroboraron las manos de él para matar a sus hermanos.

9:25 Y los señores de Siquem le pusieron asechadores en las cumbres de los montes, los cuales salteaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino; de lo que fue dado aviso a Abimelec.

9:26 Y Gaal hijo de Ebed vino con sus hermanos, y se pasaron a Siquem; y los señores de Siquem se confiaron en él.

9:27 Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñas, y pisaron la uva, e hicieron alegrías; y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.

9:28 Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es  Abimelec y qué es Siquem, para que nosotros le  sirvamos a él? ¿No es hijo de Jerobaal? ¿Y no es  Zebul su asistente? Servid a los varones de Hamor padre de Siquem.  ¿Por qué habíamos de servir a él?

9:29 Fuérame dado este pueblo bajo mi mano, yo  echaría luego  a Abimelec. Y decía a Abimelec: Aumenta tus escuadrones, y sal.

9:30 Y Zebul asistente de la ciudad, oyendo las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió su ira;

9:31 y envió sagazmente mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y he aquí, que han cercado la ciudad contra ti.

9:32 Levántate pues ahora de noche, tú y el pueblo que está  contigo, y pon emboscada en el campo.

9:33 Y por la mañana al salir el sol te levantarás y acometerás la ciudad; y él y el pueblo que está  con él saldrán contra ti, y  harás con él según que se te ofrecerá.

9:34 Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba , pusieron emboscada contra Siquem con cuatro compañías.

9:35 Y Gaal hijo de Ebed salió, y se puso a la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el pueblo que con él estaba , se levantaron de la emboscada.

9:36 Y viendo Gaal el pueblo, dijo a Zebul: He allí pueblo que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le respondió: La sombra de los montes te parece hombres.

9:37 Mas Gaal volvió a hablar, y dijo: He allí pueblo que desciende por medio de la tierra, y un escuadrón viene camino de la campiña de Meonenim.

9:38 Y Zebul le respondió: ¿Dónde está  ahora aquel dicho que decías: Quién es  Abimelec para que le sirvamos? ¿No es éste el pueblo que tenías en poco? Sal pues ahora, y pelea con él.

9:39 Y Gaal salió delante de los señores de Siquem, y peleó contra Abimelec.

9:40 Mas lo persiguió Abimelec, delante del cual él huyó; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta.

9:41 Y Abimelec se quedó en Aruma; y Zebul echó fuera  a Gaal y a sus hermanos, para  que no morasen en Siquem.

9:42 Y aconteció al siguiente día, que el pueblo salió al campo; y fue dado aviso a Abimelec.

9:43 El cual, tomando gente, la repartió en tres compañías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he aquí el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos, y los hirió.

9:44 Pues Abimelec y el escuadrón que estaba  con él, acometieron con ímpetu, y pararon a la entrada de la puerta de la ciudad; y las otras  dos compañías acometieron a todos los que estaban en el campo, y los  hirieron.

9:45 Y después de combatir Abimelec la ciudad todo aquel día, la tomó, y mató el pueblo que en ella estaba , y asoló la ciudad, y la sembró de sal.

9:46 Cuando oyeron esto todos los que estaban en la torre de Siquem, entraron en la fortaleza del templo del dios Berit.

9:47 Y fue dicho a Abimelec como todos los de la torre de Siquem estaban reunidos.

9:48 Entonces  subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba ; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una  rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros,  diciendo al pueblo que estaba  con él: Lo que me veis a mí que hago, haced vosotros prestamente como yo.

9:49 Y así  todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza; de manera que todos los de la torre de Siquem murieron,  como unos  mil hombres y mujeres.

9:50 ¶ Después Abimelec se fue a Tebes; y puso cerco a Tebes, y la tomó.

9:51 En medio de aquella ciudad había una torre fuerte, a la cual se retiraron todos los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas , se subieron al techo de la torre.

9:52 Y vino Abimelec a la torre, y combatiéndola, llegó a la puerta de la torre para pegarle fuego.

9:53 Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le quebró los cascos.

9:54 Y luego él llamó a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.

9:55 Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron cada uno a su casa.

9:56 Así devolvió Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre matando a sus setenta hermanos.

9:57 Y aun todo el mal de los señores de Siquem tornó Dios sobre sus cabezas; y la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal, vino sobre ellos.

 JUECES

10:1 ¶ Y después de Abimelec se levantó para librar a Israel, Tola hijo de Fúa, hijo de Dodo, varón de Isacar, el cual habitaba en Samir, en el monte de Efraín.

10:2 Y juzgó a Israel veintitrés años, y murió, y fue sepultado en Samir.

10:3 Tras él se levantó Jair, galaadita, el cual juzgó a Israel veintidós años.

10:4 Este tuvo treinta hijos que cabalgaban sobre treinta asnos, y tenían treinta villas, que se llamaron las villas de Jair hasta hoy, las cuales están  en la tierra de Galaad.

10:5 Y murió Jair, y fue sepultado en Camón.

10:6 ¶ Mas los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo en los ojos del SEÑOR, y sirvieron a los baales y a Astarot, y a los dioses de Siria, y a los dioses de Sidón, y a los dioses de Moab, y a los dioses de los hijos de Amón,  y a los dioses de los filisteos; y dejaron al SEÑOR, y no le sirvieron.

10:7 Y el SEÑOR se airó contra Israel, y los vendió en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón;

10:8 los cuales molieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo por dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban  al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que es  en Galaad.

10:9 Y los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá, y contra  Benjamín, y la casa de Efraín; y fue Israel en gran manera afligido.

10:10 ¶ Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, diciendo: Nosotros  hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.

10:11 Y el SEÑOR respondió a los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos,

10:12 de los de Sidón, de Amalec, y de Maón, y clamando a mí os he librado de sus manos?

10:13 Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo  no os libraré más.

10:14 Andad, y clamad a los dioses que os habéis elegido, que os libren en el tiempo de vuestra aflicción.

10:15 Y los hijos de Israel respondieron al SEÑOR: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te pareciere; solamente que ahora nos libres en este día.

10:16 Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron al SEÑOR; y su alma fue angustiada a causa del trabajo de Israel.

10:17 Y juntándose los hijos de Amón, asentaron campamento en Galaad; se juntaron asimismo los hijos de Israel, y asentaron su campamento en Mizpa.

10:18 Y los príncipes y  el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién será el que comenzará la batalla contra los hijos de Amón? El será cabeza sobre todos los que habitan en Galaad.

 JUECES

11:1 ¶ Existía entonces Jefté, galaadita, hombre valiente, hijo de una ramera, a la cual Galaad había engendrado un hijo .

11:2 Y la mujer de Galaad también  le había dado a luz hijos; los cuales cuando fueron grandes, echaron fuera  a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres bastardo.

11:3 Huyendo, pues, Jefté a causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres vacíos, los cuales salían con él.

11:4 ¶ Y aconteció que después de algunos  días los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.

11:5 Y como los hijos de Amón tenían guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de tierra de Tob;

11:6 y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro capitán, para que peleemos con los hijos de Amón.

11:7 Y Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me habéis vosotros aborrecido, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?

11:8 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa tornamos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza a todos los que moramos en Galaad.

11:9 Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregare delante de mí, ¿seré yo  vuestra cabeza?

11:10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: el SEÑOR oiga entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.

11:11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su cabeza y príncipe; y Jefté habló todas sus palabras delante del SEÑOR en Mizpa.

11:12 ¶ Y envió Jefté embajadores al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo que has venido a mí para hacer guerra en mi tierra?

11:13 Y el rey de los amonitas respondió a los embajadores de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; por tanto, devuélvela ahora en paz.

11:14 Y Jefté volvió a enviar otros embajadores al rey de los amonitas,

11:15 diciéndole: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón;

11:16 mas subiendo Israel de Egipto, anduvo por el desierto hasta el mar Bermejo, y llegó a Cades.

11:17 Entonces Israel envió embajadores al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra. Mas el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab; el cual tampoco quiso; se  quedó por  tanto  Israel en Cades.

11:18 Después , yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por donde nace el sol a la tierra de Moab, asentó su campamento al otro lado de Arnón, y no entraron por el término de Moab;  porque Arnón término es de Moab.

11:19 Y envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar.

11:20 Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su término; antes juntando Sehón todo su pueblo, puso campamento en Jahaza, y peleó contra Israel.

11:21 Pero el SEÑOR Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los venció; y poseyó Israel toda la tierra del amorreo que habitaba en aquella tierra.

11:22 Poseyeron también todo el término del amorreo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.

11:23 Así que el SEÑOR el Dios de Israel echó los amorreos delante de su pueblo Israel; ¿y lo has de poseer tú?

11:24 Si Quemos tu dios te echase alguno, ¿no lo poseerías tú? Así, poseeremos nosotros a todo aquel que echó el SEÑOR nuestro Dios de delante de nosotros.

11:25 ¿Eres tú ahora en algo mejor que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Por ventura tuvo él cuestión contra Israel? ¿Por ventura hizo guerra contra ellos?

11:26 Además, Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están a los términos de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo?

11:27 Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo haciéndome guerra; el SEÑOR, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.

11:28 Mas el rey de los hijos de Amón no oyó las razones de Jefté que le envió.

11:29 ¶ Y el Espíritu del SEÑOR fue sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

11:30 Y Jefté hizo voto al SEÑOR, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos,

11:31 cualquiera que me saliere a recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los amonitas en paz, será del SEÑOR, y le ofreceré en holocausto.

11:32 Pasó pues  Jefté a los hijos de Amón para pelear contra ellos; y el SEÑOR los entregó en su mano.

11:33 Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas. Así  fueron dominados los amonitas delante de los hijos de Israel.

11:34 Y volviendo Jefté a Mizpa a su casa, he aquí que su hija le salió a recibir con adufes y danzas, y era la sola, la única suya; no tenía  fuera de ella otro hijo ni hija.

11:35 Y cuando él la vio, rompió sus vestidos diciendo: ¡Ay, hija mía! de verdad me has abatido, y tú eres de los que me afligen; porque yo  he abierto mi boca al SEÑOR, y no podré retractarme.

11:36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si has abierto tu boca al SEÑOR, haz de mí como salió de tu boca, pues que el SEÑOR te ha hecho venganza de tus enemigos los hijos de Amón.

11:37 Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.

11:38 El entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

11:39 Pasados los dos meses volvió a su padre, e hizo de ella conforme  a su voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón.

11:40 De aquí fue la costumbre en Israel que  de año en año iban las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté, galaadita, cuatro días en el año.

 JUECES

12:1 ¶ Y juntándose los varones de Efraín, pasaron hacia el aquilón, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros  quemaremos a fuego tu  casa contigo.

12:2 Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo, teníamos una gran contienda con los hijos de Amón, y os llamé, y no me defendisteis de sus manos.

12:3 Viendo, pues, que tú no me  defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano; ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?

12:4 Y juntando Jefté a todos los varones de Galaad, peleó contra Efraín; y los de Galaad hirieron a Efraín, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín, vosotros sois galaaditas entre Efraín y Manasés.

12:5 Y los galaaditas tomaron los vados del Jordán a Efraín; y era que, cuando alguno de los de Efraín que había huido, decía, ¿pasaré? los de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú efrateo? Si él respondía, no;

12:6 Entonces le decían: Ahora pues, di, Shibolet. Y él decía, Sibolet; porque no podía pronunciarlo así. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos  mil.

12:7 Y Jefté juzgó a Israel seis años; luego  murió Jefté, galaadita, y fue sepultado en la tierra de Galaad.

12:8 ¶ Después de él juzgó a Israel Ibzán de Belén;

12:9 el cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus hijos; y juzgó a Israel siete años.

12:10 Y murió Ibzán, y fue sepultado en Belén.

12:11 Después de él juzgó a Israel Elón, zabulonita, el cual juzgó a Israel diez años.

12:12 Y murió Elón, zabulonita, y fue sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.

12:13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, piratonita.

12:14 Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos; y juzgó a Israel ocho años.

12:15 Y murió Abdón hijo de Hilel, piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.

 JUECES

13:1 ¶ Y los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo en los ojos del SEÑOR; y el SEÑOR los entregó en mano de los filisteos, por cuarenta años.

13:2 Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era  estéril, que nunca había tenido hijos.

13:3 A esta  mujer apareció el ángel del SEÑOR, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y no has tenido hijos; mas concebirás y darás a luz un  hijo.

13:4 Ahora, pues, mira que ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda.

13:5 Porque tú te concebirás, y darás a luz un  hijo; y no subirá navaja sobre su cabeza, porque aquel niño nazareo será de Dios desde el vientre, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

13:6 Y la mujer vino y lo contó a su marido, diciendo: Un  varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era  como el aspecto de un  ángel de Dios, terrible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era  , ni tampoco él me dijo su nombre.

13:7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda; porque este niño desde el vientre será nazareo de Dios hasta el día de su muerte.

13:8 ¶ Y oró Manoa al SEÑOR, y dijo: Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.

13:9 Y el SEÑOR oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba  con ella.

13:10 Y la mujer corrió prontamente, y lo contó a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino hoy a mí.

13:11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y así que llegó al varón, le dijo: ¿Eres tú aquel varón que hablaste a esta mujer? Y él dijo: Yo soy .

13:12 Entonces Manoa dijo: Cúmplase pues tu palabra. ¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?

13:13 Y el ángel del SEÑOR respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo  le dije.

13:14 Ella no comerá cosa que proceda de vid que da  vino; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; ha de guardar todo lo que le mandé.

13:15 ¶ Entonces Manoa dijo al ángel del SEÑOR: Te ruego permitas  que te detengamos, y aderezaremos un cabrito que poner  delante de ti.

13:16 Y el ángel del SEÑOR respondió a Manoa: Aunque me detengas no comeré de tu pan; mas si quisieres hacer holocausto, sacrifícalo al SEÑOR. Y no sabía Manoa que aquél fuese  ángel del SEÑOR.

13:17 Entonces  dijo Manoa al ángel del SEÑOR: ¿Cómo es tu nombre, para que cuando se cumpliere tu palabra te honremos?

13:18 Y el ángel del SEÑOR respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? No tengo licencia para decírtelo.

13:19 Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y lo sacrificó sobre una peña al SEÑOR; y el ángel  hizo milagro a vista de Manoa y de su mujer.

13:20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR subió en la llama del altar a vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.

13:21 Y el ángel del SEÑOR no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel del SEÑOR.

13:22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.

13:23 Y su mujer le respondió: Si el SEÑOR nos quisiera matar, no tomaría de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni según el tiempo nos habría anunciado esto.

13:24 ¶ Y la mujer dio a luz un  hijo, y le llamó por nombre Sansón. Y el niño creció, y el SEÑOR lo bendijo.

13:25 Y el Espíritu del SEÑOR comenzó a manifestarse por veces  en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

 JUECES

14:1 ¶ Y descendiendo Sansón a Timnat, vio en Timnat a  una mujer de las hijas de los filisteos.

14:2 Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo  he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer.

14:3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómamela por mujer  , porque ésta agradó a mis ojos.

14:4 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía del SEÑOR, y  que él buscaba ocasión contra los filisteos; porque en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

14:5 Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león que venía bramando hacia él.

14:6 Y el Espíritu del SEÑOR cayó sobre él, y lo despedazó como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no dio a entender a su padre ni a su madre lo que había hecho.

14:7 Vino pues, y habló a la mujer que había agradado a Sansón.

14:8 Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino  para ver el cuerpo muerto  del león, y he aquí en el cuerpo del león un enjambre de abejas, y un panal  de miel.

14:9 Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando llegó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo muerto  del león.

14:10 ¶ Vino, pues , su padre a la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes.

14:11 Y cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros que estuviesen con él;

14:12 a los cuales Sansón dijo: Yo os propondré ahora un  enigma, el cual si en los siete días del banquete vosotros me declarareis y descubriereis, yo  os daré treinta sábanas y treinta mudas de vestidos.

14:13 Mas si no me lo supiereis declarar, vosotros me daréis las treinta sábanas y las treinta mudas de vestidos. Y ellos respondieron: Propon tu enigma, y lo oiremos.

14:14 Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y ellos  no pudieron declararle el enigma en tres días.

14:15 Y al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos?

14:16 Y lloró la mujer de Sansón delante de él, y dijo: Solamente me aborreces y no me amas, pues que no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he  declarado; y ¿te lo  había de declarar a ti?

14:17 Y ella  lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo  declaró, porque le constriñó a ello ; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo.

14:18 Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa hay  más dulce que la miel? ¿Y qué cosa hay  más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca  hubierais descubierto mi enigma.

14:19 Y el Espíritu del SEÑOR cayó sobre él, y descendió a Ascalón, e hirió a  treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se fue  a casa de su padre.

14:20 Y la mujer de Sansón fue dada  a su compañero, con el cual él antes  se acompañaba.

 JUECES

15:1 ¶ Y aconteció después  de algunos  días, que en el tiempo de la siega del trigo, Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer a la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.

15:2 Y dijo el padre de ella: Me persuadí que  la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.

15:3 Y Sansón les respondió: Yo  seré sin culpa esta vez para con los filisteos, si mal les hiciere.

15:4 Y fue Sansón y cogió trescientas zorras, y tomando teas, y trabando aquéllas por la cola, puso entre cada dos colas una tea.

15:5 Después , encendiendo las teas, echó las zorras  en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares.

15:6 Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les fue dicho: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos, y quemaron a fuego a ella y a su padre.

15:7 Entonces Sansón les dijo: ¿Así lo habíais de hacer? Mas yo  me vengaré de vosotros, y después cesaré.

15:8 Y los hirió pierna y muslo con gran mortandad; y descendió, y asentó en la cueva de la peña de Etam.

15:9 ¶ Y los filisteos subieron y pusieron campamento en Judá, y se tendieron por Lehi.

15:10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.

15:11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes  que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo  les he hecho  como ellos me hicieron.

15:12 Ellos  entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte, y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.

15:13 Y ellos  le respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.

15:14 Y cuando vino hasta Lehi, los filisteos le salieron a recibir con alarido; y el espíritu del SEÑOR cayó sobre él, y las cuerdas que estaban  en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se  cayeron de sus manos.

15:15 Y hallando a mano  una quijada de asno aún fresca, extendió la mano y la tomó, e hirió con ella a  mil hombres.

15:16 Entonces Sansón dijo: Con la  quijada de un  asno, un montón, dos montones; con la  quijada de un asno herí mil varones.

15:17 Y acabando de hablar, echó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi (echamiento de la quijada ).

15:18 ¶ Y teniendo gran  sed, clamó luego al SEÑOR, y dijo: Tú has dado esta gran salud por mano de tu siervo; ¿y moriré yo  ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?

15:19 Entonces quebró Dios una muela que estaba  en la quijada, y salieron de allí aguas, y bebió, y recobró su espíritu, y vivió. Por tanto llamó su nombre de aquel lugar , En-hacore (fuente del que llama ),  el cual está  en Lehi, hasta hoy.

15:20 Y juzgó a Israel en los  días de los filisteos veinte años.

 JUECES

16:1 ¶ Y fue Sansón a Gaza, y vio allí una mujer ramera, y entró a ella.

16:2 Y fue dicho a los de Gaza: Sansón es venido acá. Y lo cercaron, y le pusieron espías toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo  mataremos.

16:3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue, y se subió con ellas a la cumbre del monte que está  delante de Hebrón.

16:4 ¶ Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

16:5 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale y sabe en qué consiste  su fuerza tan  grande, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo atormentemos; y cada uno de nosotros  te dará mil cien siclos de plata.

16:6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste  tu fuerza tan  grande, y cómo podrás ser atado para ser atormentado.

16:7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré, y seré como cualquiera de los demás  hombres.

16:8 Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella  le ató con ellos.

16:9 Y los espías estaban escondidos  en casa de ella en una cámara. Entonces ella  le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando siente el fuego; y no  se supo el secreto de  su fuerza.

16:10 Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras: descúbreme, pues, ahora, yo te ruego, cómo podrás ser atado.

16:11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas, con las cuales ninguna cosa se haya hecho, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los demás  hombres.

16:12 Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en una cámara. Mas él rompió las cuerdas  de sus brazos como un hilo.

16:13 Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela.

16:14 Y ella las  aseguró con  la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.

16:15 Y ella  le dijo: ¿Cómo dices: Yo  te amo, pues que tu corazón no está  conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué está  tu gran fuerza.

16:16 Y aconteció que, apretándole ella cada día con sus palabras y moliéndolo, su alma fue reducida  a mortal angustia.

16:17 Le descubrió, pues , todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy  nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y seré debilitado, y como  todos los demás  hombres.

16:18 ¶ Y viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los príncipes de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los príncipes de los filisteos vinieron  a ella, trayendo en su mano el dinero.

16:19 Y ella  hizo que él se durmiese sobre sus rodillas; y llamado un  hombre, le rapó las  siete guedejas de su cabeza, y comenzó a afligirlo, y su fuerza se apartó de él.

16:20 Y ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y él, cuando se despertó de su sueño, dijo entre sí : Esta vez saldré como las otras, y me escaparé; no sabiendo que el SEÑOR ya se había apartado de él.

16:21 Mas los filisteos echaron mano de él, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas de hierro, para que moliese en la cárcel.

16:22 ¶ Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado.

16:23 Entonces  los príncipes de los filisteos se juntaron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón su dios, y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.

16:24 Y viéndolo el pueblo, loaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.

16:25 Y aconteció que, yéndose alegrando el corazón de ellos, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos haga reir. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de diversión delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

16:26 Y Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme tentar las columnas sobre que se sustenta la casa, para que me apoye sobre ellas.

16:27 Y la casa estaba  llena de hombres y mujeres; y todos los príncipes de los filisteos estaban  allí; y  sobre el techo había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.

16:28 Entonces  clamó Sansón al SEÑOR, y dijo: Señor DIOS, acuérdate ahora de mí, y esfuérzame ahora solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos, por mis dos ojos.

16:29 Asió luego Sansón las dos columnas del medio sobre las cuales se sustentaba la casa, y estribó en ellas, la una con la mano derecha, y la otra con la izquierda;

16:30 y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Y estribando con esfuerzo, cayó la casa sobre los príncipes, y sobre todo el pueblo que estaba  en ella. Y fueron muchos más los que de ellos mató en su muerte, que los que  había muerto en su vida.

16:31 Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.

 JUECES

17:1 ¶ Hubo un varón del monte de Efraín, que se llamaba Micaía.

17:2 El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que  tú maldecías oyéndolo yo, he aquí que yo tengo este dinero; yo lo había tomado. Entonces la madre dijo: Bendito seas   del SEÑOR, hijo mío.

17:3 Y luego que él hubo vuelto a su madre los mil cien siclos  de plata, su madre dijo: Yo he dedicado este dinero al SEÑOR de mi mano para ti, hijo mío, para que hagas una imagen de talla o de fundición; ahora, pues, yo  te lo devuelvo.

17:4 Mas volviendo él a su madre el dinero, tomó su madre doscientos siclos  de plata, y los dio al fundidor; y él le hizo de ellos una imagen de talla y de fundición, la cual fue puesta  en casa de Micaía.

17:5 Y tuvo este hombre Micaía burdel de idolatría, y se hizo hacer efod y terafin (los vasos, vestidos e instrumentos pertenecientes al culto idolátrico ), y consagró uno de sus hijos; y le fue por sacerdote.

17:6 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía.

17:7 ¶ Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita; y peregrinaba allí.

17:8 Este varón se había partido de la ciudad de Belén de Judá, para ir a vivir donde hallase; y llegando al monte de Efraín, vino  a casa de Micaía, para de allí  hacer su camino.

17:9 Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde hallare.

17:10 Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos  de plata por año, y el ordinario de vestidos, y tu comida. Y el levita se quedó.

17:11 Acordó, pues, el levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos.

17:12 Y Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Micaía.

17:13 Y Micaía dijo: Ahora sé que el SEÑOR me hará bien, pues que el levita es hecho mi sacerdote.

 JUECES

18:1 ¶ En aquellos días no había rey en Israel. Y en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde morase, porque hasta entonces no le había caído su suerte  entre las tribus de Israel por heredad.

18:2 Y los hijos de Dan enviaron de su tribu cinco hombres de sus términos, hombres valientes, de Zora y Estaol, para que reconociesen y explorasen bien la tierra; y les dijeron: Id y reconoced la tierra. Estos vinieron al monte  de Efraín, hasta la casa de Micaía, y allí posaron.

18:3 Y cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron el acento de  la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído por acá? ¿Y qué haces aquí? ¿Y qué tienes tú por aquí?

18:4 Y él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote.

18:5 Y ellos le dijeron: Pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar nuestro viaje que hacemos.

18:6 Y el sacerdote les respondió: Id en paz, que vuestro viaje que hacéis es  delante del SEÑOR.

18:7 ¶ Entonces aquellos cinco hombres partieron, y vinieron a Lais; y vieron que el pueblo que habitaba  en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de Sidón; no había nadie en aquella región  que los perturbase en cosa alguna para poseer aquel reino; además de esto, estaban  lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie.

18:8 Volviendo, pues, ellos a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay? Y ellos respondieron:

18:9 Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros  hemos explorado la región, y hemos visto que es  muy buena; ¿y vosotros os estáis quedos? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a poseer la tierra.

18:10 Cuando allá llegaréis, vendréis a una gente segura, y a una tierra de ancho asiento; pues que Dios la ha entregado en vuestras manos; lugar donde no hay falta de cosa que sea en la tierra.

18:11 Y partiendo los de Dan de allí, de Zora y de Estaol, seiscientos hombres armados de armas de guerra,

18:12 fueron y asentaron campamento en Quiriat-jearim, en Judá; de donde aquel lugar fue llamado el campamento de Dan, hasta hoy; está detrás de Quiriat-jearim.

18:13 Y pasando de allí al monte de Efraín, vinieron hasta la casa de Micaía.

18:14 ¶ Entonces  aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais, dijeron a sus hermanos: ¿No sabéis como en estas casas hay efod y terafines, e imagen de talla y de fundición? Mirad, pues, lo que habéis  de hacer.

18:15 Y llegándose allá, vinieron a la casa del joven levita en casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba.

18:16 Y los seiscientos hombres, que eran  de los hijos de Dan, estaban  armados de sus armas de guerra a la entrada de la puerta.

18:17 Y subiendo los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron allá, y tomaron la imagen de talla, y el efod, y los terafines, y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta  con los seiscientos hombres armados de armas de guerra.

18:18 Entrando, pues, aquellos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de talla, el efod, y el terafin, y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros?

18:19 Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un hombre solo, que de una tribu y familia de Israel?

18:20 Y se alegró el corazón del sacerdote; el cual tomando el efod y los terafines, y la imagen, se vino entre la gente.

18:21 Y ellos tornaron y se fueron; y pusieron los niños, y el ganado y el bagaje, delante de sí.

18:22 Y cuando  ya se habían alejado de la casa de Micaía, los hombres que habitaban  en las casas cercanas a la casa de Micaía, se juntaron, y siguieron a los hijos de Dan.

18:23 Y dando voces a los de Dan, éstos  volvieron sus rostros, y dijeron a Micaía: ¿Qué tienes que has juntado gente?

18:24 Y él respondió: Mis dioses que yo hice, que lleváis juntamente con el sacerdote, y os vais; ¿qué más me queda? ¿Y a qué propósito me decís: Qué tienes?

18:25 Y los hijos de Dan le dijeron: No des voces tras nosotros, que por ventura los varones de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida, y la vida de los tuyos.

18:26 Y yéndose los hijos de Dan su camino, y viendo Micaía que eran  más fuertes que él, volvió y regresó a su casa.

18:27 ¶ Y ellos llevando las cosas que había hecho Micaía, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron a Lais, al pueblo reposado y seguro; y los metieron a cuchillo, y abrasaron la ciudad con fuego.

18:28 Y no hubo  quien los defendiese, porque estaban  lejos de Sidón, y no tenían comercio con nadie. Y la ciudad estaba  en el valle que hay  en Bet-rehob. Luego reedificaron la ciudad, y habitaron  en ella.

18:29 Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de Dan su padre, hijo de Israel, bien que antes se llamaba la ciudad Lais.

18:30 Y los hijos de Dan se levantaron imagen de talla; y Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día de la transmigración de la tierra.

18:31 Y levantaron la imagen de Micaía, la cual él había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.

 JUECES

19:1 ¶ En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como peregrino en los lados del monte de Efraín, el cual se había tomado mujer concubina de Belén de Judá.

19:2 Y su concubina adulteró contra él, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá por tiempo de cuatro meses.

19:3 Y se levantó su marido, y la siguió, para hablarle amorosamente y volverla, llevando  consigo un criado suyo y un par de asnos; y ella le metió en la casa de su padre.

19:4 Y viéndole el padre de la joven, le salió a recibir gozoso; y le detuvo su suegro, el  padre de la joven, y quedó en su casa tres días, comiendo y bebiendo, y reposando allí.

19:5 Y al cuarto día, cuando se levantaron de mañana, se levantó también el levita  para irse, y el padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis.

19:6 Y se sentaron ellos dos juntos, y comieron y bebieron. Y el padre de la joven dijo al varón: Yo te ruego que te quieras quedar aquí esta noche, y se alegrará tu corazón.

19:7 Y levantándose el varón para irse, el suegro le constriñó a que tornase y tuviese allí la noche.

19:8 Y al quinto día levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Conforta ahora tu corazón. Y habiendo comido ambos juntos, se detuvieron hasta que ya declinaba el día.

19:9 Se levantó luego  el varón para irse, él, y su concubina, y su criado. Entonces su suegro, el padre de la joven, le dijo: He aquí el día declina para ponerse el sol , te ruego que os estéis aquí la noche; he  aquí que el día se acaba, ten aquí la noche, para que se alegre tu corazón; y mañana os levantaréis temprano a vuestro camino, y llegarás a tus tiendas

.19:10 Mas el varón no quiso quedar allí la noche, sino que se levantó y partió, y llegó hasta enfrente de Jebús, que es Jerusalén, con su par de asnos aparejados, y con  su concubina.

19:11 Y estando ya junto a Jebús, el día había declinado mucho; y dijo el criado a su señor: Ven ahora, y vámonos a esta ciudad de los jebuseos, para que tengamos en ella la noche.

19:12 Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel; antes pasaremos hasta Gabaa. Y dijo a su criado:

19:13 Ven, lleguemos a uno de esos dos  lugares, para tener la noche en Gabaa, o en Ramá.

19:14 Pasando, pues, caminaron, y se les puso el sol junto a Gabaa, que era  de Benjamín.

19:15 Y se apartaron del camino para entrar a tener allí la noche en Gabaa; y entrando, se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiese en casa para pasar la noche.

19:16 ¶ Y he aquí un hombre viejo, que a la tarde venía del campo de trabajar; el cual era también  del monte de Efraín, y moraba como peregrino en Gabaa, pero los moradores de aquel lugar eran  hijos de Jemini ( Benjamín ).

19:17 Y alzando el viejo los ojos, vio a aquel viajante en la plaza de la ciudad, y le dijo: ¿A dónde vas, y de dónde vienes?

19:18 Y él respondió: Pasamos de Belén de Judá a los lados del monte de Efraín, de donde yo soy; y partí hasta Belén de Judá; y voy a la Casa del SEÑOR, y no hay  quien me reciba en casa,

19:19 aunque nosotros tenemos paja y de comer para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino para mí y para tu sierva, y para el criado que está  con tu siervo; de nada tenemos falta.

19:20 Y el hombre viejo dijo: Paz sea contigo; tu necesidad toda sea  solamente a mi cargo, con tal que no tengas la noche en la plaza.

19:21 Y metiéndolos en su casa, dio de comer a sus asnos; y lavaron sus pies, y comieron y bebieron.

19:22 ¶ Y cuando estaban gozosos, he aquí, que los hombres de aquella ciudad, que eran  hombres hijos de Belial, cercaron la casa, y batieron las puertas, diciendo al hombre viejo señor de la casa: Saca fuera el hombre que  ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos.

19:23 Y saliendo a ellos el varón, señor de la casa, les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal, pues que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad.

19:24 He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo  os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, y no hagáis a este hombre cosa tan infame.

19:25 Mas aquellos hombres no le quisieron oír; por lo que tomando aquel hombre su concubina, se la sacó fuera; y ellos la conocieron, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y la dejaron cuando apuntaba el alba.

19:26 Y antes que fuese de día la mujer vino, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día.

19:27 Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa, y salió para ir su camino, y he aquí, la mujer su concubina estaba  tendida delante de la puerta de la casa, con  las manos sobre el umbral.

19:28 Y él le dijo: Levántate, y vámonos. Mas ella no respondió. Entonces la levantó el varón, y echándola sobre su asno, se levantó y se fue a su lugar.

19:29 Y al llegar a su casa, tomó un cuchillo, y echó mano de su concubina, y la despedazó con sus huesos en doce partes, y las envió por todos los términos de Israel.

19:30 Y todo el que lo  veía, decía: Jamás se ha hecho ni visto tal cosa, desde el tiempo que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Considerad esto, dad consejo, y hablad.

 JUECES

20:1 ¶ Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, al SEÑOR en Mizpa.

20:2 Y los cantones de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.

20:3 Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fue esta maldad.

20:4 Entonces el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo  llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para tener allí la noche.

20:5 Y levantándose contra mí los señores de Gabaa, cercaron sobre mí la casa de noche, con idea de matarme, y oprimieron mi concubina de tal manera, que ella fue muerta.

20:6 Entonces tomando yo  mi concubina, la corté en piezas, y las envié por todo el término de la posesión de Israel; por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel.

20:7 He aquí que todos vosotros los hijos de Israel estáis presentes ; daos aquí parecer y consejo.

20:8 Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni nos apartaremos cada uno a su casa,

20:9 hasta que hagamos esto sobre Gabaa: que echemos suertes contra ella;

20:10 y tomaremos diez hombres de cada ciento por todas las tribus de Israel, y de cada mil ciento, y mil de cada diez mil, que lleven bastimento para el pueblo que irá contra Gabaa de Benjamín, para hacerles conforme a toda la  abominación que ha cometido en Israel.

20:11 Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados como un solo hombre.

20:12 ¶ Y las tribus de Israel enviaron varones por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es  ésta que ha sido hecha entre vosotros?

20:13 Entregad, pues, ahora aquellos hombres, hijos de Belial, que están  en Gabaa, para que los matemos, y barramos el mal de Israel. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel;

20:14 antes los de Benjamín se juntaron de las ciudades de Gabaa, para salir a pelear contra los hijos de Israel.

20:15 Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa, que  fueron por cuenta setecientos varones escogidos.

20:16 De toda aquella gente había  setecientos hombres escogidos, que eran cerrados de la mano derecha (zurdos ), todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban.

20:17 Y fueron contados los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres de guerra.

20:18 ¶ Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la Casa de Dios, y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y el SEÑOR respondió: Judá será  el primero.

20:19 Levantándose, pues, de mañana los hijos de Israel, pusieron campamento contra Gabaa.

20:20 Porque los hijos de Israel habían salido a hacer guerra contra Benjamín; y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa.

20:21 Saliendo entonces  de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron en tierra veintidós mil hombres de los hijos de Israel.

20:22 Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día.

20:23 Y los hijos de Israel subieron, y lloraron delante del SEÑOR hasta la tarde, y consultaron con el SEÑOR, diciendo: ¿Volveré a pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y el SEÑOR les respondió: Subid contra él.

20:24 Y el segundo día los hijos de Israel se acercaron a los hijos de Benjamín.

20:25 Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.

20:26 ¶ Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la Casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí delante del SEÑOR, y ayunaron aquel día hasta la tarde; y sacrificaron holocaustos y pacíficos  delante del SEÑOR.

20:27 Y los hijos de Israel preguntaron al SEÑOR, (porque el arca del pacto de Dios estaba  allí en aquellos días,

20:28 y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, se presentaba delante de ella en aquellos días,) y dijeron: ¿Volveré a salir en batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano, o me estaré quedo? Y el SEÑOR dijo: Subid, que mañana  yo  lo entregaré en tu mano.

20:29 Y puso Israel emboscadas alrededor de Gabaa.

20:30 Subiendo entonces  los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla  delante de Gabaa, como las otras veces.

20:31 Y saliendo los hijos de Benjamín contra el pueblo, alejados de la ciudad, comenzaron a herir algunos  del pueblo, matando como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el, y el otro a Gabaa por  el campo; y mataron  unos treinta hombres de Israel.

20:32 Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son  delante de nosotros, como antes. Mas los hijos de Israel decían: Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos.

20:33 Entonces, levantándose todos los de Israel de su lugar, se pusieron en orden en Baal-tamar; y también las emboscadas de Israel salieron de su lugar, del prado de Gabaa.

20:34 Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla comenzó a agravarse; mas ellos no sabían que el mal se acercaba sobre ellos.

20:35 E hirió el SEÑOR a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.

20:36 Y vieron los hijos de Benjamín que eran muertos; pues los hijos de Israel habían dado lugar a Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa.

20:37 Entonces los hombres de  las emboscadas acometieron prestamente Gabaa, y se extendieron, y pasaron a cuchillo toda la ciudad.

20:38 Ya los israelitas estaban concertados con los hombres de  las emboscadas, que hiciesen mucho fuego , para que subiese gran humo de la ciudad.

20:39 Luego, pues, que los de Israel volvieron la espalda  en la batalla, y los de Benjamín habían comenzado a derribar heridos de Israel unos treinta hombres, de tal manera que ya decían: Ciertamente ellos han  caído delante de nosotros, como en la primera batalla.

20:40 Mas cuando el humo comenzó a subir de la ciudad, Benjamín tornó a mirar atrás; y he aquí que el fuego de la ciudad subía al cielo.

20:41 Entonces se volvieron los varones de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor; porque vieron que el mal había venido sobre ellos.

20:42 Y volvieron la espalda  delante de Israel hacia el camino del desierto; mas el escuadrón los alcanzó, y los salidos  de las ciudades los mataban en medio de ellos,

20:43 los cuales cercaron a los de Benjamín, y los siguieron y hollaron, desde Menúha hasta enfrente de Gabaa al nacimiento del sol.

20:44 Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra.

20:45 Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos rebuscaron cinco mil hombres en los caminos; y fueron siguiéndolos hasta Gidom, y mataron de ellos otros  dos mil hombres.

20:46 Así todos los que de Benjamín murieron aquel día, fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra.

20:47 Y se volvieron y huyeron al desierto a la peña de Rimón seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimón cuatro meses.

20:48 Y los varones de Israel volvieron contra  los hijos de Benjamín, y los pasaron a cuchillo, a hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fue hallado; asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

 JUECES

21:1 ¶ Y los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

21:2 Y vino el pueblo a la Casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la tarde delante de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:

21:3 Oh SEÑOR Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?

21:4 Y al día siguiente el pueblo se levantó de mañana, y edificaron allí altar, y ofrecieron holocausto y pacíficos.

21:5 Y dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante  del SEÑOR? Porque se había hecho gran juramento contra el que no subiese al SEÑOR en Mizpa, diciendo: Sufrirá muerte.

21:6 Y los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín su hermano, y dijeron: Una tribu es hoy cortada de Israel.

21:7 ¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por el SEÑOR que no les hemos de dar nuestras hijas por mujeres.

21:8 Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido al SEÑOR en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento ni  a la reunión.

21:9 Porque el pueblo fue contado, y no hubo allí varón de los moradores de Jabes-galaad.

21:10 Entonces la congregación envió allá doce mil hombres de los más valientes, y les mandaron, diciendo: Id y pasad a cuchillo a los moradores de Jabes-galaad, con las mujeres y los niños.

21:11 Mas haréis de esta manera: mataréis a todo varón, y a toda mujer que hubiere conocido ayuntamiento de varón.

21:12 Y hallaron de los moradores de Jabes-galaad cuatrocientas doncellas que no habían conocido varón en ayuntamiento de varón, y las trajeron al campamento en Silo, que es  en la tierra de Canaán.

21:13 Toda la congregación envió luego  a hablar a los hijos de Benjamín que estaban  en la peña de Rimón, y los llamaron en paz.

21:14 Y volvieron entonces los de Benjamín; y les dieron por mujeres las que habían guardado vivas de las mujeres de Jabes-galaad; mas no les bastaron éstas.

21:15 Y el pueblo tuvo dolor a causa de Benjamín, de que el SEÑOR hubiese hecho mella en las tribus de Israel.

21:16 ¶ Entonces  los ancianos de la congregación dijeron: ¿Qué haremos acerca de mujeres para los que han quedado? Porque el sexo de las mujeres había sido raído de Benjamín.

21:17 Y dijeron: Que se salva la heredad de Benjamín, para que  no sea una  tribu raída de Israel.

21:18 Nosotros sin embargo , no les podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: Maldito el que diere mujer a alguno de  Benjamín.

21:19 Ahora bien , dijeron, he aquí cada año hay fiesta solemne del SEÑOR en Silo, que está  al aquilón de Bet-el, y al nacimiento del sol al camino que sube de Bet-el a Siquem, y al mediodía de Lebona.

21:20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, y poned emboscada en las viñas;

21:21 y estad atentos; y cuando viereis salir las hijas de Silo a bailar en corros, vosotros  saldréis de las viñas, y arrebataréis cada uno mujer para sí de las hijas de Silo, y os iréis a tierra de Benjamín.

21:22 Y cuando vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslo, nosotros les diremos: Tened piedad de nosotros en lugar de ellos; pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; y  pues que vosotros  no se las habéis dado, para que ahora seáis culpables.

21:23 Y los hijos de Benjamín lo hicieron así; y tomaron mujeres conforme a su número, arrebatando de las que danzaban; y yéndose luego , se volvieron a su heredad, y reedificaron las ciudades, y  habitaron en ellas.

21:24 Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad.

21:25 En estos días no había  rey en Israel: cada uno hacía lo que le parecía  recto delante de sus ojos.

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